Es claro que en esta profesión muchos abogados son personas con sed de justicia, pero es imprescindible ver a ese abogado recién graduado como un pequeño árbol, que si bien se puede asemejar aún bonsái que con el cuidado de manos experimentadas que vierten su conocimiento en el, forman un pequeño árbol que dará un follaje para proveer de tranquilidad espiritual a los futuros clientes. Este pequeño árbol dejará que aquel escultor de árboles lo vea con regocijo al saber que ha creado en ese inexperimentado profesionista a un árbol libre de admirar. Por eso en este mundo legal se puede observar a jóvenes abogados que si bien se asemejan a un pequeño árbol, son aquellos que no sabemos cuánta dedicación de un anciano han tenido y hoy en día se encuentran en esos enormes bosques brindando lo mejor de sí; y cómo un bonsái lejos de la mano corrupta del hombre, pero en manos sabias, se vuelven arte único e invaluable; esos abogados en verdad son difíciles pero no imposibles de encontrar. Por eso es bueno recordar la frase que dice: “No subestimes a tu contraparte, no sabes qué viejo experimentado hay detrás de ese joven”.
Autor
Abogado
Marlon Diupotex
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